“… mi historia … contendrá incidentes tan
totalmente extraños a los que registra la experiencia humana y tan fuera de los
límites de la credulidad de los hombres, que la continúo sin esperanzas de
merecer crédito a todo lo que tengo que referir, no sin confiar en que el
tiempo y el progreso de la ciencia comprueben algunas de mi más importantes e
inverosímiles aserciones” Arthur Gordon Pym
Capítulo Uno. Islas Kerguelen
Mi
nombre, Alonzo Hasbrouck Typer, soy natural de Kingston, New York. Estudié en
Hildelberg, Filosofía. Tengo interés por la literatura, el esoterismo y los
fenómenos psíquicos. Soy miembro de la Sociedad para las Investigaciones
Psíquicas de Londres, aunque tengo mis serias diferencias con algunos miembros,
en especial con R. Hodgson a raíz de su reporte de 1885 contra la Sociedad
Teosófica. Aunque no soy teosófico, me considero un buscador libre del
conocimiento del espíritu del hombre y la historia de la humanidad.
He
realizado varios viajes a sitios lejanos como Nepal, India, Tíbet, e Indochina.
En aquel momento estaba realizando un estudio de la escritura rongo rongo de la Isla de Pascua.
Impresionado por los dibujos de los Moais
de la primer expedición a las islas, del holandés Jakob Roggeveen, en 1722. Decidí
entonces programar un viaje a ese sitio. Pero antes debía viajar a Londres por
cuestiones académicas, sabiendo que estaría ausente al menos dos años durante
mi travesía.
Enero
de 1888.
A
efectos del viaje compré en la pequeña tienda de George Eastman en Rochester,
New York, una cámara fotográfica portátil con un innovador sistema, a base de
un rollo de película, luego tomé un barco a Londres dando inicio al viaje.
Durante
el viaje tuve tiempo para leer apaciblemente la “Narración de Arthur Gordon Pym de Nantucket” Siempre sentí
curiosidad por la historia de “Pym”, de
1837, escrita por Edgar Allan Poe, que narrá la travesía de un clandestino
joven en un viaje plagado de vicisitudes ( motín, naufragio, canibalismo,
visiones fantásticas, y un descubrimiento en los Mares de Sur). Extraña novela,
muy polémica y discutida en los círculos literarios. En su prefacio, Poe
argumenta que el relato es real de boca del mismo Pym, al regreso de su travesía
en el Sur. Solo Arthur G. Pym y Dirk Peters lográn regresar de aquel viaje, los
demás tripulantes de aquella expedición se pierden en hielo antártico.
La
escena de canibalismo se refiere a la muerte sufrida por Richard Parker, un
joven grumete que sufre la “Ley del Mar”
y es víctima de la antropofagia por supervivencia. Pero a raíz de unos hechos que
voy a relatarles, ocurridos hace cuatro años, mi curiosidad se convirtió en
investigación.
El
20 Julio de 1884, 47 años después de la novela de Poe, el barco “Mignonette” marchaba desde Southampton a
Sydney, se hundió en una tormenta a 2600 Kilómetros del Cabo Buena Esperanza,
sobrevivieron cinco hombres, el Capitán Thomas Riley Dudley, Edwin Stephens y
Edmund James Brooks y un joven grumete, quedando en un bote a la deriva.
Durante la travesía, los náufragos se alimentaron de una tortuga marina. Días
más tarde, desesperados por el hambre, un hombre es elegido por sorteo para ser
sacrificado para alimento de los otros tres, su nombre era Richard Parker (el
mismo nombre que en la narración de Pym), de diecisiete años. Fue degollado el
25 de Julio de 1884 por su Capitán, los supervivientes fueron rescatados por el
“Moctezuma”, un velero alemán, el 6
de Septiembre de 1884. Mucho de lo que ocurrió ese día está reflejado en la “Narración de Arthur Gordon Pym” con una coincidencia
impresionable. Se trata de una de las serendipias más conocidas por el público.
Un hombre describe unos hechos en un relato fantástico y 47 años después,
ocurre. Pero yo me preguntaba…y si el relato fuera real?
A
mi llegada, despues de terminar con mis compromisos y estar libre para la travesía. Sabiendo que se había mudado a Londres visité a Helena
Blavastsky que la conocía de mis viajes a
la India y Tibet, me dio un ejemplar privado de un nuevo libro que sería
editado muy pronto, “La Doctrina Secreta”.
Decidí
hacer algunas modificaciones a mi viaje, seguiría algunas pistas sobre el
relato de “Pym”, viajé a
Falmouth, al Oeste de Londres, allí estaba el “Old
Curiosity Shop”, una tienda de antigüedades repleta de jarrones y máscaras
chinas, su propietario era Jhon Burton que no solo era conocido por su exótica
tienda sino por pagar una fianza de 1000 libras impuestas a los acusados de
canibalismo por la muerte de Richard Parker en la tragedia del barco “Mignonette”. Por aquél gesto, sus amigos
masones de la logia a la que pertenecía, le habían regalado una tabaquera de
oro…
Mi intención fue cuestionarle
sobre aquel asunto, para saber algún detalle más, pero no quiso hablarme.
Entonces le pregunte su opinión de las coincidencias entre la “Narración de
Pym…” y la desgracia del “Mignonette”.
Me mostró entonces un extraño libro que mencionaba algo sobre Pym. Se titulaba “Geología y
Mineralogía de las Islas Kerguelen” (1839), su autor era un tal Jeorgling. El
libro, era puramente científico, aunque con algunas relaciones poco conocidas
acerca de las formaciones geológicas de las islas. En su introducción donde el
autor relata algunas anécdotas del viaje, mencionaba que luego de haber
realizado el trabajo científico y escrito el libro, el 15 de agosto de 1838 se
embarcó en la goleta “Halbrane” propiedad
de Len Guy, que decía ser hermano de William Guy que fue el capitán de la
goleta “Jane” donde viajaba Pym que desapareció en la expedición hacia los
Mares del sur; Len Guy estaba allí para encontrar a su hermano y sobrevivientes,
dispuesto a seguir la pista de aquel viaje… Joergling, concluye diciendo que no
hablará de lo ocurrido en este viaje, a pesar de tenerlo registrado en su
bitácora, y que quizá lo haría años más tarde…. La anécdota terminaba en forma
abrupta y no daba más detalles… pero fue la pista que permitió continuar el
viaje hacia las Islas Kerguelen…
Tomé un barco
carguero que partió de Londres el 1º de Marzo de 1888 con destino a Nueva
Zelanda, un navío de la New Zealand
Shipping Company de 751 toneladas, el “Mercia”,
oficialmente no fui registrado como pasajero, pero conocía a su Capitán, T.
Mosey, el aceptó llevarme, aunque algo extrañado cuando le dije que mi destino
era las Islas Kerguelen ya que en esa época ya nadie viajaba hacia allí. Creo
que Cook hizo bien en llamarlas Islas de la Desolación…
En 1772, Yves
Joseph de Kerguelen de Trémarec “descubrió” las islas, creyó haber llegado a
tierras antárticas… «Las tierras que he
tenido la fortuna de descubrir parecen formar la masa central del continente
antártico... la Francia austral proveerá maravillosos espectáculos físicos y
morales...». El Barón Kerguelen jamás desembarcó, en su lugar lo hizo Monsieur Boisguehenneu,
uno de sus hombres, que supo dejar un mensaje en una botella, como prueba de su
descubrimiento…
De mi viaje poco
puedo contarles en realidad, el “Mercia”
no era un barco de pasajeros, no disponía de muchas comodidades, asi que la
mayor parte del tiempo me limité a la estancia de mi pequeño camarote, leyendo el extenso libro de Blavastsky, y de vez en
cuando realizaba algunas caminatas por la proa.
Casi dos meses
más tarde un 25 de Abril de 1888, llegamos a las Kerguelen, aún recuerdo que discurría en estos pensamientos
mientras observaba las dos columnas megalíticas a la entrada de Christmas
Harbor, el sitio era conocido como “El Arco
de las Kerguelen”, unas rocas gigantes de caprichosa naturaleza que
parecían estar hechas por la mano del hombre…
En
el cuadro de George Cooke, de 1811, que aún conservo una litografía…
…
muestra la llegada del Capitán Cook a las islas. En primer plano se observa una
matanza de pingüinos, detrás las naves Resolution
y Discovery, al fondo el “arco”
dibujado completo. A mi llegada no se encontraba asi, solo extrañamente
perduran sus columnas…, de todas formas no es el único “arco” de las Kerguelen…
durante el viaje pude ver otro cerca de la costa. Pensando en estas extrañas
formaciones rocosas, recordé el libro de Jeorgling “Geología y Mineralogía de las Islas Kerguelen” donde se menciona
que estas islas son parte de lo que quedo en superficie de la antigua Lemuria. Yo
lo relacioné con lo leído de las tradiciones tamiles, en la India, los drávidas
procederían de Kumarikhandam, una
isla sumergida hace milenios al sur de la India. Quizá… ,las Kerguelen
sean los últimos vestigios de aquel antiguo reino.
Llegamos
a la bahía de Wasp y anclamos en Christmas Harbour, desde el pequeño
muelle, junto a unas pocas casas pequeñas pude ver una posada, su nombre, el “Cormorán Verde”, la única, donde me
hospedaría. Me atendió un hombre de apellido Atkins, tome un cuarto y fui a
descansar aquel viaje.
A la
mañana, pudimos disfrutar de un tenue sol, aunque el viento no cesaba, bajé al
salón en el “Cormorán Verde”, era
mediodía y la toda la familia Atkins trabajaba a pleno, me senté frente a la
chimenea… Luego el Sr. Atkins, propietario del lugar, se acerco a saludarme…
-
Y digame Sr. Typer que lo trae aquí,
viniendo de tan lejos a estos parajes tan desolados, en que puedo ayudarlo?…
- - Soy arqueólogo y estoy realizando
algunas investigaciones.. (Aún nosé porque le hablé de Arquelogía. De hecho, también soy antropólogo, recibido en Columbia, pero asi
surgió).
- - Que interesante! Tengo un hermano,
mas pequeño, se llama Fenimore, como mi padre y también le gusta la
Arqueología.. siempre dice que descubrirá el Arca de Noé. Ja, ja, ja!!
(Quisé decir algo, pero solo sonreí.)
- - Cuanto tiempo tiene la posada?
Pregunté.
- - La fundó mi padre cuando llegó a
estas islas en 1823, junto a mi madre crió diez hijos, yo soy el mayor. (Dijo sonriendo)
Le
alcansé el libro de Joergling.
- - Busco información, sigo una pista encontrada
en este libro, acerca de la historia de Arthur Gordon Pym. Al parecer, este hombre,
Jeorgling, estuvo aquí en 1838, y luego se embarcó en la goleta “Halbrane” del Capitán Len Guy.
- -
Si. Asi es… - mientras ojeaba el
libro - , mi padre, Fenimore, recibió al Sr. Jeorgling y ese Capitán que vino en busca
de su hermano William Guy y de “Pym”, es verdad. Mire, mi familia esta
relacionada con los Pym. Mi tío John Atkins era de Boston fue
marino del Capitán Noah Pym, hizo un viaje a Alaska a
bordo de un bergantín ballenero, el “Evening
Star”. Pero, desgraciadamente, el barco fue
atacado y murió asesinado él y su esposa en la primavera de 1781, por un ruso,
un tal Zagoskin…
Al oír las palabras de Atkins y la relación de sus parientes con la familia Pym no hicieron más que certificarme que estaba en el camino correcto.
Al oír las palabras de Atkins y la relación de sus parientes con la familia Pym no hicieron más que certificarme que estaba en el camino correcto.
Hizo una pausa cerrando el libro y se quedo como ausente, mirando el
pasado…, luego me contó algunas historias de las Kerguelen y sobre el Capitán
Len Guy, me indico el lugar donde rescato cierta botella con un mensaje… luego de
un rato… se levanto, me miró y me dijo despidiéndose.
-
- Estos sitios esconden muchos secretos, uno vive
aquí y de una forma incomprensible siente que no fuimos los primeros en habitarlos…
no puedo explicarlo bien…
Esa tarde hice
una breve exploración de Chritmas Harbor…
Mientras caminaba
hacia el promontorio, miré hacia atrás, observé mis huellas en la nieve y recordé
una de las muchas historias de las Kerguelen. Una de ellas, trataba de las
extrañas huellas de pezuñas que encontró el explorador James Ross, en 1840, que no
correspondía con ningún animal de las islas, algunos las
relacionaron con aquel fenómeno de las llamadas “Huellas del Diablo” en varios pueblos de Devonshire en 1855.
Irónicamente pensé que no me sorprendería que el Diablo caminara libre por estos
parajes…
Seguí caminando bordeando el acantilado
norte de la Bahía de Wasp, al sitio más alto de la zona, llegué a un promontorio
de piedras donde Atkins me dijo que era el lugar donde Len Guy encontró el
mensaje en una botella que su hermano William Guy dejó. Aquél mensaje decía “Es mi deseo y el de Arthur Pym realizar
todos los esfuerzos posibles para tocar en los extremos límites de la
mar antártica”. El
posadero Atkins me contó que ese conjunto de piedras fue construido por la
tripulación de Cook en el mismo sitio donde habían encontraron una botella de
vino francés con un mensaje de Monsieur
Boisguehenneu de 1772, porque Monsieur Kerguelen, el gran "descubridor" ni siquiera había desenbarcado; en su lugar Cook colocó una botella con otro mensaje.
Ya en el sitio, revisé las piedras y encontré
una botella, en su interior se encontraba, lo que esperaba. Un mensaje de Len
Guy junto a la copia de un antiguo mapa.
El mapa… pude reconocerlo, estaba hecho
por el geógrafo francés Philippe Bauche, un extraño mapa de 1763 donde muestra
al continente antártico separado por un inmenso mar. Se dice, que Bauche hizo
este mapa en base a portulanos mucho más antiguos, de cuando en aquellas
tierras no existía el hielo. En el mapa, pude observar unas marcas en unas islas
dentro de ese mar antártico, al parecer fueron hechas por Len Guy. Podía leerse
el nombre de “Tsalal” en una de ellas,
el lugar donde se había dirigido aquella primer desgraciada expedición.
El mensaje decía lo siguiente.. “A quien lo encuentre… confío en este mapa
que me dio el Dr. Peters Bainbridge que nos da la ubicación de la Isla
Tsalal, al parecer es el mismo sitio donde llegó Francis Drake, en 1578, luego
de desviarse en el Estrecho de Magallanes. Buscaré a mi hermano y a los demás,
aunque tenga que arriesgar mi vida en ello…” Len Guy
Me
senté en una piedra cerca del promontorio, mientras reflexionaba, como era
posible aquello… utilizar un mapa que la ciencia cartográfica había ya
desechado. Era en realidad aquel, el verdadero contorno del continente
antártico sin su cobertura de hielo? Recordé entonces una frase
del libro de “La Doctrina Secreta” un libro muy confuso e inverosímil pero que
sin embargo podía rescatar algunas frases que ahora tenían cierta coherencia… “Así como la tierra necesita reposo y
renovación, nuevas fuerzas y un cambio de suelo, lo mismo le sucede al agua. De
aquí se origina una nueva distribución periódica de la tierra y el agua,
cambios de climas, etc., acarreado todo por revoluciones geológicas y
terminando por un cambio final en el eje de la Tierra”.
Eso daba sentido al denominado "Cataclismo Universal" ocurrido aproximadamente hace 12.000 años, del que hablaban muchas culturas originarias y además era posible entonces que aquellos primeros mapas fuesen quizá entre los 20.000 y los 12.000 antes de aquella catástrofe cuando la Antártida se hallaba no en su ubicación actual sino en lugares más templados.
Pero, sin embargo, si esto era cierto. No existía explicación en mi cabeza de como Pym y los demás hubiesen llegado a ese sitio. Como era posible, si fuese verdad, que Francis Drake también habriá llegado al mismo lugar?, cuando todo estaba densamente cubierto por el hielo...
Pero, sin embargo, si esto era cierto. No existía explicación en mi cabeza de como Pym y los demás hubiesen llegado a ese sitio. Como era posible, si fuese verdad, que Francis Drake también habriá llegado al mismo lugar?, cuando todo estaba densamente cubierto por el hielo...
Aquel
día volví a la posada y nada dije sobre mi hallazgo. Mientras trataba de
conciliar el sueño, escuchando el viento tremendo sobre las Islas, en mi cabeza
se repetía el nombre de aquel barco que el posadero Atkins me había mencionado…
Evening Star… el Lucero Vespertino… el
Hesperus de los griegos… el Planeta
Venus, recordé entonces la expedición científica que se hizo a las Islas
Kerguelen cuando ocurrió el fenómeno astronómico del Tránsito de Venus en 1874.
Que relación podría ver?, pero era solo asociaciones libres de mi cabeza…
…
mientras insistía en acabar con mi insomnio, pronto recordé que Evening Star era también un poema
escrito por el poeta de Baltimore, en 1827, el mismo año en que Pym partia en
el Grampus hacia el sur.
Lucero Vespertino
Ocurrió una medianoche
a mediados de verano;
lucían pálidas estrellas
tras el potente halo
de una luna clara y fría
que iluminaba las olas
rodeada de planetas,
esclavos de su señora.
Detuve mi mirada
en su sonrisa helada
-demasiado helada para mí-;
una nube le puso un velo
de lanudo terciopelo
y entonces me fijé en ti.
Lucero orgulloso,
remoto, glorioso,
yo siempre tu brillo preferí;
pues mi alma jalea
la orgullosa tarea
que cumples de la noche a la mañana,
y admiro más, desde luego,
tu lejanísimo fuego
que esa otra luz, más fría, más cercana.
Ocurrió una medianoche
a mediados de verano;
lucían pálidas estrellas
tras el potente halo
de una luna clara y fría
que iluminaba las olas
rodeada de planetas,
esclavos de su señora.
Detuve mi mirada
en su sonrisa helada
-demasiado helada para mí-;
una nube le puso un velo
de lanudo terciopelo
y entonces me fijé en ti.
Lucero orgulloso,
remoto, glorioso,
yo siempre tu brillo preferí;
pues mi alma jalea
la orgullosa tarea
que cumples de la noche a la mañana,
y admiro más, desde luego,
tu lejanísimo fuego
que esa otra luz, más fría, más cercana.
Edgar Allan
Poe
… me quedé dormido…
A la mañana siguiente me
acerque a los restos del antiguo “Observatorio” que montaron los astrónomos del
Tránsito de Venus…
El Transito de Venus…, es aquel
momento en que el astro pasa por delante del sol.., aquí llegaron en 1874
aquellos astrónomos estadounidenses, británicos y alemanes, con sus telescopios
y aparatos de medición que les permitió calcular la distancia de la tierra al
sol y quizá algo más…
El fenómeno es poco frecuente
y sucede dos veces en un periodo de ocho años, ocurrió en 1874 y 1882, el próximo “par” ocurrirá en
los años 2004 y 2012, para lo cuál falta aún mucho tiempo...
Antes de irme, rescate una buena cantidad de Col de Kerguelen (Pringlea Antiescorbutica), llamada de esta forma por salvar la vida de muchos marineros que sufrieron escorbuto. Es muy rica en potasio y vitamina C.
No podía quedarme más tiempo
en las Kerguelen un barco partía esa tarde y no debía desaprovechar la
oportunidad. Se trataba de una goleta chilena, “Zelia” con rumbo a Falkland Island (Islas Malvinas) y tendría la oportunidad para visitar a un viejo amigo, allí …,
además estaría más cerca del punto final de mi viaje, la Isla de Pascua.
Horacio Alonso 17/12/2012